lunes, 20 de febrero de 2012

Enamorarse, una palabra mal usada.

Los seres humanos llaman enamorarse a cualquier gilipollez, colarse con las pivas solamente por su talla de sujetador o obsesionarse con un tío solo por el brillo de su pelo.  Debo de decir que hasta yo he cometido varias veces el error de decir "Estoy enamorada" cuando en realidad solo estaba encoñada con esa persona. A diario he tenido miedo a abrir mi corazón con el miedo de que le dieran de palos. Pero en esta ocasión, puedo afirmar con la plena certeza de que estoy enamorada de él. De la manera cual ha cambiado mi vida, de la manera cual convirtió la monotonía en paraíso. Ahora, cuando la coherencia espíritu y madurez que nos unían se encuentran a millones de años luz, solo puedo decirte que has llevado contigo todas cuales promesas hice conmigo misma. Esa de no sufrir más por nadie. Esa de no decir jamás que estaba enamorada. Esa de arrastrarme por cualquier otra persona más. Esa de derrumbarme porque alguien decida marcharse de mi vida. Pero debes de saber que tú no eras alguien Mateo, eras la personificación de forma de vida. Eras la manera de la que quería vivir, y morir si el destino me lo hubiera permitido.